Ficha del libro:
Título: El buen padre
Autor: Santiago Díaz
Editorial: Reservoir Books
ISBN: 978-84- 17910-99-0
Precio: 18,90 €
Érase una vez una vez un libro con aires de inicio de serie.
Un libro apasionante que narra una de las historias más adictivas que puedas
llegar a leer. Un libro que se devora, que te encadena a sus páginas, que te
envuelve y te lleva por donde él quiera.
Érase una vez un libro con una trama impecable e intrincada,
porque a una historia original se le unen otras subtramas, a cual más
interesante. Visto desde lejos es como una hiedra en plena primavera, que aunque
tiene una única raíz, parece crecer sin orden ni concierto, en todas
direcciones, desperdigándose por un muro hasta llegar a cubrirlo. Algo así
sucede con El buen padre, que teniendo una trama principal, no dejan de brotarle
esquejes, todos atractivos, todos envolventes, con muchos de los cuales no parece tener relación,
pero que cuando al final convergen, se te queda cara de póquer.
Érase una vez un libro que tiene como protagonista a un
anciano octogenario. Un hombre que ya lo ha perdido todo en la vida, pero de la
cual no quiere marcharse sin reparar lo que la justicia le ha negado. Un hombre
que tiene que seguir sacando fuerzas de flaqueza de donde no las hay porque su
único hijo se encuentra cumpliendo condena por un crimen que él sabe que no
cometió, con el agravante de que la víctima fue su propia nuera, así que decide
ponerle remedio antes de que sea demasiado tarde.
Érase una vez un libro que nos cuenta la historia de tres
secuestros distintos con un nexo común: son una llamada de socorro en mitad de
la noche, pero también el fruto de una decisión extrema y brutal. Porque la
libertad de los secuestrados, incluso su propia vida, depende de que un asesino
para la justicia salga de prisión mientras la policía retoma la investigación
que lo llevó a la sombra sin grandes pistas que seguir para encontrar al
verdadero culpable y todo a un ritmo enloquecedor, porque en la petición está
la trampa y nadie sale de prisión sin pruebas explícitas que lo determinen, por
lo que solo cabe la posibilidad de replantear el caso y encontrar al auténtico
culpable de aquel crimen sin apenas tiempo.
Érase una vez un libro que contaba con un personaje
fantástico: la inspectora de policía Indira Ramos. Una mujer atípica, en todos
los sentidos. En primer lugar por una integridad intachable que la ha hecho
merecedora del desprecio de muchos de su entorno precisamente por eso. En
segundo lugar, porque sobrelleva como puede un trastorno obsesivo-compulsivo
que la convierte en prácticamente una excéntrica pero que, no obstante, te roba
el corazón, por los dos motivos. Gracias a ella somos testigos de una
investigación policial que es una golosina para cualquier aficionado a la
novela negra, claro que en su equipo destacan también un par de policías más
que darán mucho juego en el futuro, estoy convencida.
Érase una vez un libro que nos habla de corrupción en todos
los sentidos, de dinero y poder, que suelen ser primos hermanos y a veces políticos, de mafias todos los
colores, porque en el mundo del hampa no hay racismo, de prostitución y otros
requiebros. Un libro que nos enseña que la ley y la justicia no son palabras que
encuentres juntas en un diccionario de sinónimos, que hay muchos vericuetos que
las hacen incompatibles, que el amor y el dinero son un binomio que solo funciona
en las comedias americanas, porque no es lo mismo valor y precio o que detrás de un empresario brillante no
siempre se esconde trabajo y honra, sino que es más fácil que sea todo lo
contrario.
Érase una vez un libro que destacaba por su trama
incontestable, su extraordinario elenco, su ritmo vertiginoso, su prosa
sencilla, sin artificios, pero rotunda, que no escatima en mostrar la violencia
intrínseca del mundo en el que se mueven algunos personajes sin necesidad de
recurrir al morbo, sus diálogos inteligentes y muchas cosas más que me dejo en
el tintero para no resultar pesada.
En definitiva, érase una vez un libro que no deberías
perderte, porque lo lamentarías, porque son muchas las novelas que se publican
al año, pero pocas como El buen padre, yo diría que escasas, en las que puedes
dejarte llevar, sufrir y disfrutar y, si me apuras, cerrar el libro al
terminarla y pensar, como la protagonista de Misery, en secuestrar al autor
para que no deje de escribir nunca, porque historias como esta no se leen ni todos
los meses, siendo generosa.