JUSTO, de Carlos Bassas del Rey

 

FICHA DEL LIBRO:

Título: JUSTO

Autor: Carlos Bassas del Rey

Editorial: Alrevés

ISBN: 978-84- 17077-23-5

Precio: 18,00 €

Érase una vez un libro escrito por Carlos Bassas del Rey (Barcelona, 1974). Este autor, licenciado en Periodismo y Doctor en Comunicación Pública por la Universidad de Navarra, es profesor de Guion Audiovisual y Dirección-Realización en la Escuela de Imagen y Sonido CTL de Pamplona. Su valioso aporte al ámbito literario ha ganado el reconocimiento tanto de lectores como de críticos, consolidándolo como una figura destacada en la escena literaria española contemporánea. La obra literaria de Bassas del Rey ha sido elogiada por su cautivador estilo narrativo, en el que mezcla hábilmente intriga, suspense y elementos característicos del género criminal. Entre sus obras más destacadas se encuentran títulos como "Mal trago", "Soledad" y "Cielos de plomo". En 2019, su novela "Justo" le valió el prestigioso Premio Hammett, un reconocimiento que añade un matiz de distinción a su prolífica carrera como escritor.

Érase una vez un libro cuya trama gira en torno a la figura de Justo Ledesma, el protagonista. Un viejo desabrido que, consciente de que su final está próximo, opta por enfrentarse a un pasado que emerge de manera imprevista cinco décadas después, porque el camino que Justo nos invita a transitar está marcado por la sed de venganza, aunque también es un viaje nostálgico en el tiempo. Alberga en su interior una historia compleja: el de una vida dedicada a una misión sagrada, que consiste en aplicar e imponer la justicia de manera objetiva e inexorable, sin dejarse influenciar por sentimientos o simpatías, buscando la imparcialidad, sin que intervengan juicios subjetivos o emocionales para mantener la equidad.

Érase una vez un libro cuyo título no es una mera casualidad, sino más bien un eco fiel de la realidad que envuelve al protagonista, que es un tzadik, uno de esos treinta y seis seres justos y virtuosos que, según la tradición judía, caminan entre nosotros en cada generación. Estos individuos anónimos, considerados guardianes silenciosos, son los que tejen el fino hilo que equilibra el bien y el mal en la vastedad del planeta. Como custodios incansables, su misión trasciende para convertirse en la esencia misma de la existencia, forjando el equilibrio, preservando la justicia y resguardando la moralidad. En este universo tejido por la tradición judía, estos tzadik emergen como pilares fundamentales para la estabilidad del mundo. Cada uno, un testigo silencioso de la condición humana, trabaja en las sombras para sostener los fundamentos éticos que dan forma a nuestro destino colectivo. La pluma del autor no solo narra la historia de un hombre justo, sino que también entreteje los hilos de una tradición centenaria que sugiere que la existencia de estos seres es esencial, una fuerza vital que, como corriente subterránea, nutre la raíz misma de nuestra existencia.

Érase una vez un libro narrado en primera persona por el protagonista, con un estilo directo que resulta ser la elección más acertada para presentarnos un relato tan impactante como el de "Justo". Al ser el propio protagonista quien expresa sus pensamientos y los diálogos que sostiene con otros personajes, este enfoque crea una inmersión completa en la historia. A través de su mirada subjetiva, se establece una conexión íntima con el lector, permitiéndonos acceder de manera directa a sus emociones y experiencias. Esta aproximación proporciona una sensación palpable de inmediatez y autenticidad, sumergiéndonos de lleno en el mundo interior del personaje principal.

Érase una vez un libro en el que los escenarios juegan una baza fundamental. Y digo los escenarios porque Carlos Bassas nos sumerge, a través de la mirada melancólica de Justo, en una Barcelona que ya no reconoce como propia. La urbe que se despliega ante nosotros dista de la que se promociona en las guías turísticas; ha perdido sus trazos identitarios en la vorágine del turismo y la gentrificación. Pasearemos a su lado por la ciudad, atrincherándonos en su barrio, el de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, conocido comúnmente como el distrito de Ciutat Vella, un laberinto pintoresco de calles estrechas y sinuosas flanqueadas por edificios históricos con fachadas decorativas que reflejan la evolución de distintos estilos arquitectónicos a lo largo de los siglos. Un barrio histórico que se encuentra en el centro de Barcelona y está delimitado por la Via Laietana, el Passeig de Picasso y la Avenida Marquès de l'Argentera, que revela una amalgama de lugares emblemáticos y una efervescencia cultural vibrante, pero que ha perdido su esencia a ojos de Justo. Acompañaremos al protagonista en sus comidas en El Damián, el último bastión donde puede deleitarse con una reconfortante sopa de menuts y, entre inciso e inciso, conoceremos a unos cuantos individuos que personifican la decadencia y la escoria de la ciudad, con los que Justo tendrá que hacer horas extraordinarias.

En definitiva, érase una vez un libro que despliega una narrativa única y sobrecogedora, tejida en primera persona con la destreza de un narrador excepcional. Una experiencia de lectura que no solo cautiva, sino que también desafía, invitándonos a sumergirnos en las profundidades de temas cruciales, entre ellos la justicia. Este libro, como un viaje literario, nos conduce a reflexionar sobre la aplicación y el valor intrínseco de la justicia, planteando cuestionamientos que reverberan mucho después de cerrar sus páginas. En este fascinante periplo, nos convertimos en compañeros de Justo, el protagonista que transita la estrecha línea que divide el bien del mal. Sus pasos resonarán en nuestras propias reflexiones, y su historia se insinuará en los recovecos de nuestra conciencia. Cada página de esta obra, magnífica y adictiva, se convierte en un portal a la Novela Negra en su esencia más genuina, donde la intriga, la corrupción y la exploración de la psique humana se entrelazan de manera magistral. Así, la narrativa se erige no solo como una mera historia, sino como un vínculo profundo que nos sumerge en la complejidad de la moralidad y nos desafía a enfrentar las sombras de nuestras propias convicciones. Os aseguro que no saldréis ilesos de su lectura. 

 

TODOS LOS DEMONIOS, de Luis Roso

 

Érase una vez un libro escrito por un joven cacereño que compagina la literatura con su otra vocación: la de profesor de secundaria y que con poco más de treinta años ya cuenta con cuatro libros en su haber. Debutó en el mundo literario en 2016 con Aguacero, primer libro de la serie del Inspector Trevejo. Posteriormente publicaría el segundo: Primavera cruel, para luego darse un descanso y abordar otra trama completamente diferente con Durante la nevada, publicado en 2020. Hoy os hablaré del tercero de la serie, Todos los demonios, que se puede leer sin necesidad de conocer las historias anteriores, porque todas ellas son autoconclusivas.

Érase una vez un libro de esos que se te escurren entre las manos como gotas de lluvia, de los que no te dan tregua, de los que parten con un planteamiento sencillo: un asesinato y su consiguiente investigación, para complicarse en unas horas con otro, esta vez doble, en otra ubicación diferente, pero que guardan un extraño vínculo para complicarse más y más a medida que pasamos páginas. De esos que te dejan exhausto, que te llevan por mil vericuetos, que te hacen dudar de todo y de todos.

Érase una vez un libro con un protagonista de los que te hacen quitarte el sombrero: el inspector Ernesto Trevejo. Todavía joven aunque él no lo crea tanto, es inteligente, astuto  atrevido. Está encantado de conocerse, no en vano  es el detective estrella de la policía nacional, porque sabe bregar contra los elementos, aunque prefiera los delincuentes comunes a otros con los que ahora le ha tocado “en suerte” tratar, más acostumbrados a llevar la esvástica en la cartera, la cruz de David en la solapa o sean asalariados del tío Sam. Claro que a un buen protagonista, le acompañan secundarios de excepción, como es el caso de John y Mary Clarke, imprescindibles para que la historia funcione y mucho más.

Érase una vez un libro con una trama envolvente, de esas que te engancha a la historia y no puedes parar de leer. Una historia que transcurre en el verano de 1960 en aquel Madrid difícil a efectos políticos en el que el Gobierno franquista pretendía abrirse al mundo, tras un largo período de aislamiento. Sin embargo, aquello solo era un espejismo en una ciudad atrapada en una suerte de camarote de los Marx tomada por espías de todas las nacionalidades posibles. Y en el eje del problema, se produce un asesinato para complicarlo todo más. Un asesinato que lleva otros dos asesinatos más y que darán origen a una intriga espectacular que viaja a caballo entre distintas localidades para llegar a nuestro país vecino. Una trama que bien podría considerarse un puzle en el que no serán pocas las veces que dudes en que el autor sea capaz de resolverlo, pero que basta con llegar al desenlace para descubrir cuanta genialidad se esconde detrás de una pluma magnífica, como la que derrocha Luis Roso en cada párrafo.

Érase una vez un libro donde nadie es lo que parece, pero totalmente recomendable por todos estos motivos y muchos más.